miércoles, 12 de agosto de 2009

Ahoga las penas

Corazón: (Berreando) Es que no puedooo... Es que me siento fatal...

Razón: Ya sé wey, no puedo dejar de pensar en ella.

Sexilio: Hasta yo la extraño.

R: Shh... No empieces. ¿No ves que estamos en la depre?

S: Pero eso es rollo del Corazón.

C: Cállateee... No me dejas ni sentir este dolor agusto.

R: Ni a mí pensar como dejar de pensar en esto...

S: Ay, ya por favor, lo que necesita el jefe es un poco de sexo casual para rebotar y que salgamos de esto. Parece que vivo en un manicomio...

R: Tu sólo piensas en sexo idiota, y nosotros aquí con esta tristeza.

S: Wey, cual tristeza... ¿La vieja trataba bien al jefe?

C: No, pero es cosa de amor, tu no sientes nada... Sólo quieres que se sienta rico.

S: A huevo. Bueno Razón, ¿y no te traía siempre de cabeza por estar pensando donde se metía?

R: Si wey, pero la neta era lindo pensar en ella.

S: Uy, uy, uy... ¿Ahora tu sensible? Madres, esto está peor de lo que creí. A ver niños, les propongo una cosa: vamos por dos chelas, nos relajamos y si sale algo me dejan tomar el control.

R: ¿Qué dices Corazoncito?

C: Yo sólo no quiero sentir este dolooorrr...

R: Bueno, y a mí no me vendría mal distraerme un rato.

S: Ya'stuvo, ¡ámonos!

R: Sólo comportate, y recuerda que estamos de luto, eh...

S: Seh, seh... Vámonos y ahorita vemos, es más ustedes se van a desconectar por completo, como si fueran vacaciones...

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